martes, 7 de agosto de 2007

¡¡QUE QUILOMBO POR DIOS!!



El conflicto de poderes que envuelve desde hace tiempo a Belgrano es tan evidente que las partes involucradas ya no hacen esfuerzos por disimularlo. Las ventas de Mario Bolatti, primero, y de Andrés Ríos, después, dejaron al descubierto una situación que data casi del mismo momento que Armando Pérez se hizo cargo de Córdoba Celeste. Ahora, la transferencia de Germán Montoya a Vélez promete otra dura batalla.


Ayer, el arquero se presentó en el juzgado y le dijo al juez que entiende en la quiebra de Belgrano, Saúl Silvestre, que quiere irse a Vélez Sársfield (ofertó 1,1 millón de dólares libres de gastos por su pase) cuanto antes, por lo que espera el visto bueno de la Justicia. Pero Pérez no quiere saber nada con esa posibilidad. Por eso, el magistrado librará hoy un oficio en el que citará a las partes involucradas para conversar en su despacho y tratar de ponerle coto a una situación cada vez más insostenible.


Desde Estados Unidos, Pérez le dijo a Córdoba Deportiva, de Radio Universidad, que a Montoya lo atacó "el síndrome Ríos" y que no avalará el pase del cuidapalos a Vélez "ni por toda la plata del mundo", ya que el club de Liniers esquivó a la gerenciadora y presentó su ofrecimiento directamente en la Justicia.


Además, Pérez dijo que, por el contrato de gerenciamiento, le corresponde a la empresa decidir si vende o no a un futbolista, ya que sólo se obligará una transferencia cuando el monto ofertado sirva para cancelar la totalidad de la deuda con los acreedores.


"Nosotros estamos de más, sólo servimos para pagar... Me llama la atención que el idóneo deportivo (José Rufeil), que tendría que privilegiar este aspecto, quiera vender a los jugadores", dijo Pérez, para después calificar como "una locura" a la pretensión del fideicomiso de que la gerenciadora garantice el monto que le correspondería a la quiebra (unos 660 mil dólares) en caso de que Montoya sea retenido.





Fuente: Diario La Voz (Córdoba)

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